Saturday, October 24, 2020
Hace unos 18 años tomé esta foto de dos pares de hermanas. Obviamente son argentinas. Están compartiendo un mate. Veo la foto y siento un deseo de poder compartir un mate, de matear con alguien. Aquí en Vancouver la única persona con la cual puedo matear es mi nieta Rebecca. El último mate que se tomaba un gaucho al partir al trabajo en el campo se llamaba el mate del estribo. Para mí, en estos momentos, sería un mate de consolación.
Iguálenos el mate parejo y compartido, el mate que es de muchos como el sol y la luna; volcancito que humea caliente como un nido, manso reló que mide las horas de la duda.
Jorge Luís Borges
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